España siempre ha sido un país particularmente dejado en lo que mantenimiento de su patrimonio histórico, artístico y cultural se refiere. A diferencia de otros países, donde determinados recuerdos se guardan como oro en paño, hasta hace pocos años no sabíamos dónde estaba enterrado Cervantes (por poner un ejemplo, aunque tengo la vaga idea de que en un noticiero anunciaron el encuentro de sus presuntos restos). Sin embargo, es esperanzador el hecho de que desde hace cierto tiempo exista una tendencia por parte de los organismos competentes en la materia para hacerse con los derechos sobre imágenes, creaciones y composiciones que forman parte de la historia y la cultura del país. Sin ir más lejos y, según el programa “El Tirachinas”, la Federación Española de Fútbol habría adquirido la titularidad de todas las licencias relativas a Naranjito, la mascota del Mundial 82.
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Como dijo uno de los tertulianos del programa ¿Es que alguien pagaría algo por eso, y más a estas alturas?
P. D. Como últimamente todo lo bueno se pierde y la gente ha olvidado prácticamente todo lo relativo a “Fútbol en Acción”, (la serie que, en lo que sería un precedente de “Los Fruittis”, protagonizaban una naranja, un limón y una clementina) y fieles a nuestra condición de servicio público y dispensario de caspas diversas, aquí les dejo el elenco protagónico compuesto por la mascota y sus amiguetes:
Naranjito: El protagonista principal, la estrella, eternamente vestida con los colores de la selección, siempre yendo de acá para allá, a la búsqueda de los documentales sobre los mundiales anteriores para... para... ¿Alguien recuerda para qué?
Clementina: Presunto interés sentimental del anterior. Mandona, gritona y bastante inaguantable, es uno de los vértices del triángulo amoroso-frutal entre Naranjito y el siguiente en la lista.
Citronio: Un limón con hechuras de Borjamari.
Imarchi: Un robot con barriga televisiva, calzado con botas futboleras, donde se podían ver toda suerte de imágenes de acontecimientos balompédicos varios.
Zruspa: Junto con sus acólitos, el malo. Enemigo frontal del juego limpio, que perseguía a los buenos para fastidiarles, con el fin de no se sabe bien qué (o al menos, yo no lo recuerdo).
De nada
Enviado por lcapote a las 13:33 | 0 Comentarios | Enlace
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