El Dr. Víctor José Kowalewsky y su equipo acuden a la casa del conocido artista local Rodolfo Galera donde, al parecer, están sucediendo extraños acontecimientos paranormales. A medida que estudian y profundizan en la naturaleza de estos fenómenos, todos los presentes comienzan a advertir que la casa está habitada por un ser venido de otra dimensión. Los acontecimientos se precipitan cuando el ente comienza a ejercer su maléfica influencia sobre uno de los protagonistas. Sólo una ceremonia ritual en las fronteras de la conciencia humana podrá retener en su mundo a las fuerzas de la oscuridad. Una historia de terror, posesión, psicodelia y funky en los límites de la realidad. Éste es el argumento de En el sótano se oyen rollos… no vayan, el corto del colectivo El Supositorio, del que ya hablé aquí, y que se presentará nuevamente el próximo 1 de diciembre, a las 21 h., en el Salón de Actos de la Facultad de Educación de la Universidad de La Laguna. Para quien no lo haya visto, la cita resulta obligada. Para quien lo haya visto, pues también.
Desde su fundación, en 2002, el Supositorio ha sido un soplo de aire fresco en el terreno humorístico, un campo donde hasta ahora, Canarias se había movido en torno a pocas variaciones de los mismos temas. Resulta esperanzador comprobar cómo hay quien todavía se arriesga a buscar, incluso a crear su propio estilo y no clonar la fórmula del éxito seguro de artistas ya consagrados. Quizá todo parezca inventado, pero con cosas como el vídeo-clip “Hazle caso a la viejita”, al menos queda la convicción de que no todo el mundo va por la vida fusilando las ideas y hasta los desarrollos de otros. La labor nunca es sencilla, menos aún cuando la afición se compagina con los trabajos que dan de comer. Así pues, sólo queda recomendar a quienes el próximo viernes estén por La Laguna que vayan a la Facultad de Educación, sin que les importe que en el sótano se oigan rollos.
Enviado por lcapote a las 13:03 | 0 Comentarios | Enlace
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