Si han visto ustedes el espectáculo de Les Luthiers donde sale el clásico “Cartas de color” (no me acuerdo del nombre, aunque creo que es Hacen muchas gracias de nada) recordarán también el número donde cuenta cuál será la programación en fin de semana de TeleVisio (la mejor programasio) y donde había ¡cómo no! un espacio dedicado a las artes, llamado Cultura para todos, que se emitía en su horario habitual de las tres de la mañana. Esa frase, demoledora por la ironía con la que recordaba el papel que tiene la divulgación en la caja tonta, fue la que me vino a la mente cuando a través de diversos sitios de la bitacosa, me enteré de esto: Desde hoy, sábado, 16 de junio de 2007, Chigüesque TV pasa a emitirse en el comodísimo horario de las 0:30 h. (lo cual me deja con la duda de si ya me lo he perdido, porque las 0:30 h. del sábado ya han sido, o si serán las 0:30 h. del domingo pero ésa es otra historia).
Mi reacción no ha sido única. Si visitan ustedes Canarias Bruta verán que los amiguetes de la misma son igualmente chigüesqueros y leslutieros. Y todos estamos, no sorprendidos (porque la actitud de la otonómica con el programa y sus televidentes ha sido deleznable), no decepcionados (porque sabemos desde hace tiempo que la cadena no es más que un juguetito para uso y disfrute de los políticos de turno) pero sí cabreados por la hipocresía que, una vez más, vuelve a campar por sus respetos en una cadena donde el criterio brilla por su ausencia: se proclama el deseo de potenciar la producción propia, justificando con ello la emisión de culebrones de nula calidad –incluso para los estándares de ese género- como El Juramento de Punta Brava o de espacios de divulgación de la burricie, la incultura y el cuento chino como Phenómena. Pero llegan cinco chalados con ansias de aventura que sacan tiempo de sus trabajos para intentar sacar adelante un producto de ficción que, a la vista de lo que se ve en el Tubo, funciona y por una extraña razón, se les da de lado. Visto lo visto, mejor que desmonten el tinglado y le den la concesión del canal a una cadena con criterio, buen hacer y profesionalidad. El Canal 25 de Don Francisco, por ejemplo. Total, tampoco notaremos mucho la diferencia.
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