Me entero por la bitácora Crisei que Mario Girotti cumple hoy setenta añazos. Quizá ese nombre no les diga nada, pero si les menciono el apodo artístico del caballero, Terence Hill, seguro que la cosa cambia. Este actor italo-alemán pasará a la historia, tanto en solitario como en compañía de su compadre de fatigas y mamporros Bud Spencer, al hacer que varias generaciones de europeos y americanos disfrutaran con unas películas entretenidas y sin pretensiones, donde ya se planteaba el concepto de peleas coreografiadas cuando Jackie Chan empezaba a cuestionarse la rigidez del cine de artes marciales que se hacía en Hong Kong. Su popularidad le ha permitido mantenerse durante casi una década en una curiosa serie detectivesca de la televisión itálica, Don Mateo, que aquí echa una tele de ésas de la TDT (Popular TV, si no me falla la memoria) y seguir trabajando en algún que otro proyecto. Ojalá que pudiéramos disfrutar, antes de que la edad se lo impida, del proyecto que Terence y Bud tenían de hacer conjuntamente una particular versión de Don Quijote de la Mancha. Sé que es un anhelo más que una posibilidad real, pero de la misma forma que con Clint Eastwood tengo la esperanza de una nueva entrega de las aventuras de Harry “El Sucio” Callahan (pese a que ha dicho que Gran Torino es su última aparición frente a las cámaras), confío en que vea una última aventura –aunque sea crepuscular- de Trinidad y Bambino, versión manchega.
Enviado por lcapote a las 22:17 | 2 Comentarios | Enlace
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