A finales de los ochenta, cuando el gobierno de Felipe González Márquez procedió a adjudicar las tres primeras licencias de televisión de gestión privada, concedieron una de las mismas para lo que después sería Canal Plus. La legislación que regulaba esta concesión no contenía ningún supuesto de tele de pago, y había otra candidata que emitiría en abierto. Cuenta la leyenda que el difunto Jesús de Polanco dijo algo así como que no había en este país narices (u otra parte del organismo que también va a pares) para negarle a él su cadena televisiva. Ayer, el gobierno de José Luís Rodríguez Zapatero anunció por vía de urgencia, sin mucho debate y con un claro beneficiado la salida de algo que se había negado en principio: la TDT de pago. Que MEDIAPRO hubiera pagado una morterada por los derechos futboleros (como antaño PRISA) dicen que no ha tenido nada que ver, y ahora sale la explicación de una alta definición que, por cierto, hasta hace nada se vendía como gratuita. Es curioso comprobar como, más allá de las caras y de los talantes, ciertas malas prácticas siguen estando tan vigentes ahora como en la década de los pasados ochenta. Gracias, ZP, por hacerme sentir veinte años más joven, pero ahora, como entonces, aunque los razonamientos no cuelen, nos comemos la tele de pago con papas fritas.
Enviado por lcapote a las 11:14 | 1 Comentarios | Enlace
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