Título: Marvel Septuagésimo Aniversario
Formato: Tomo único de la colección 100% Marvel
Autores: (G) James Robinson, Roy Thomas, Scott Snyder, Tom DeFalco, Roger Stern, Karl Kesel (L) (T) Marcos Martín, Mitch Breitweiser, Scott Wegener, Chris Burnham, Paolo Rivera, Steve Uy (C) Javier Rodríguez, Elizabeth Breitweiser, Ronda Pattison, Nathan Fairbairn (P) Alan Davis
Editorial: Marvel Comics / Panini Cómics
Precio: 13 €
Comentario:
Según la cronología oficial, 2009 marcó el año en el que Marvel Comics celebró su septuagésimo cumpleaños, en base a unas cuentas de la vieja de las que siempre generan la clásica controversia de barra de bar. En 1939 veía la luz Marvel Comics, una revista donde aparecieron los primeros superhéroes de una editorial que a día de hoy vive casi exclusivamente de ese género. Sin embargo, 1961 suele ser considerado el año del nacimiento de la Marvel actual, por ser el de la aparición de los Cuatro Fantásticos. Así las cosas, 1981 y 1986 fueron “años de aniversario” –vigésimo y vigésimo quinto, respectivamente- así que, cuando tres años después se pasó al quincuagésimo aniversario, quedó patente que aquello de don Albert Einstein de que el tiempo era relativo también se aplicaba a las maniobras de mercadotecnia. En definitiva, sean cuales sean las decisiones que mueven a cambiar de calendario, un aniversario es una ocasión magnífica para sacarle los cuartos a la gente con productos especiales. En el saco suele entrar de todo: desde lo memorable hasta lo olvidable, pasando por lo simpático y lo lamentable. Marvel Septuagésimo Aniversario tiene, afortunadamente, más elementos positivos que negativos.
El tomo del que toca hablar en esta ocasión es la recopilación de una serie de historias protagonizadas por los personajes con los que Timely Comics –uno de los nombres por los que se ha conocido a la casa de las ideas- se sumó al carro de los superhéroes en los procelosos años anteriores a la II Guerra Mundial. Así, veremos en acción a la Antorcha Humana original, el Hombre Submarino y el Capitán América, pero también a otros como el Ángel Vengador, el Zumbador o Miss América. Este tipo de historias tiene como premisas una serie de problemas, los cuales determinan que el riesgo de acabar perpetrando un tebeo aburrido o apolillado sea grande. No vale cualquier autor y además, el que lidie con la tarea tiene que asumir que está trabajando con personajes que, o bien están ya bastante trillados –caso de Namor o el Capi- o bien son un conjunto vacío que rara vez ha salido del trastero desde los días de la edad dorada. Una mirada a la lista de guionistas indica que la mayor parte saben en qué plazas están toreando: Tom DeFalco, Roger Stern, Karl Kesel, James Robinson y, desde luego, el veterano Roy Thomas, conocen bien a los personajes, entre otras cosas porque crecieron leyendo sus aventuras. Si la atención se centra en los dibujantes, llama la atención la presencia de Marcos Martín, cuyos trabajos previos le hacen ideal para afrontar la tarea asignada.
La suma de todos los elementos anteriores da como resultado un conjunto de relatos que, como es inevitable, tienen sus altibajos, pero donde hay ocasión para la aventura, la acción, la nostalgia y hasta la introspección –pero sin pasarse-. Los distintos equipos han intentado, con fortuna dispar, aplicar retroactivamente el toque de “seriedad” (ejem) y “realismo” (ujum) que fue marca de la casa en los días de su relanzamiento y recordar que la inmensa mayoría de las historias clásicas se desarrollaron durante el mayor conflicto bélico de la Historia. En aquellos casos donde la intención se quedó en eso, la deriva hacia el maniqueísmo resulta patente. Para concluir, tenemos un tebeo que no pasará a los anales por su calidad intrínseca pero cuyos distintos capítulos se dejan leer y hasta disfrutar, si uno asume de antemano lo que se puede encontrar. Es más, habrá algunos momentos en que el nivel del relato sorprenda más que agradablemente. Recomendado para completistas marvelianos, fans de Roy Thomas y estudiosos de la edad dorada.