Título: Astonishing X-Men, vol. 3
Formato: Serie abierta en formato comic-book
Autores: (G) Warren Ellis (L) (T) Simone Bianchi (C) Simone Peruzzi (P) Simone Bianchi
Editorial: Marvel Comics / Panini Cómics
Precio: 3,50 €
Comentario:
El título de la colección Astonishing X-Men está asociado sin duda alguna al equipo creativo compuesto por el escritor Joss Whedon y el dibujante John Cassaday. Su trabajo en los dos volúmenes previos de la serie fue como un soplo de aire bien fresco en una franquicia quemada como la pipa de un indio, motivo por el cual las hipótesis de su continuación en manos de otros autores generaron las lógicas suspicacias. No es la primera vez que un título solvente se va al garete por una mala elección editorial (y si no lo creen, echen una mirada a los Ultimates según Jeph Loeb, con Joe Madureira de cooperador necesario.) Los elegidos fueron finalmente el inglés Warren Ellis y el italiano Simone Bianchi, un guionista sobradamente conocido y un dibujante de estilo muy marcado. El reto que se les presentaba no era (ni es) moco de pavo, porque supone mantener el alto nivel dejado por sus predecesores.
Poco hay que decir sobre Warren Ellis, pues lleva sus buenos años dando el callo en el género superheroico en general y en el ámbito de los mutantes en particular. Su firma aparece en la miniserie que dibujara Terry Dodson sobre Tormenta, en una etapa del irregular Excalibur posterior a Alan Davis y en una miniserie dedicada a los Saqueadores Estelares que contó con los lápices de un Carlos Pacheco que ya empezaba a pisar fuerte en los Estados Unidos. Dejando aparte estos ejemplos puntuales, lo cierto es que la lista de trabajos de don Warren es bastante larga, con referentes que indican que el caballero tiene una trayectoria tan prolífica como errática, sin que el precedente previo pueda servir en muchos casos de guía para lo que uno podría encontrarse a continuación. En cuanto a Simone Bianchi, se trata de un ilustrador que, después de desarrollar su actividad profesional en su país de origen, dio el salto hace unos años a Estados Unidos, donde ha trabajado para DC (concretamente, en Siete Soldados de la Victoria: El Caballero Brillante, con guiones de Grant Morrison) y Marvel (en un arco argumental de Lobezno, con guiones del ínclito Jeph Loeb) amén de diversos números sueltos y portadas. En sus trabajos destacan particularmente el estilo de coloreado y unos diseños e ilustraciones sumamente detallados, lo cual redunda positivamente en el espectáculo visual, pero negativamente a la hora de la rapidez que requiere el mercado de las series mensuales. En el caso que nos ocupa, la presencia de Bianchi en el título no va más allá del primer arco argumental, siendo su puesto ocupado por Phil Jiménez, un autor que tampoco necesita presentación y al que la afición recordará por una larga y memorable etapa al frente de Wonder Woman.
La serie arranca manteniendo a grandes rasgos, el equipo y la premisa de la serie, que viene a ser la de arcos argumentales que funcionan de manera independiente del resto de la continuidad mutante –aunque hagan puntualmente referencia a la misma-. Al grupo original se unen ahora Tormenta, Coloso y Rondador Nocturno, con lo que queda una alineación bastante similar a la de la Patrulla-X surgida del relanzamiento de mediados de los setenta. El primer número presenta un tono más pausado, donde los diálogos más que la acción constituyen el motor de una trama que, por momentos, se asemeja más a una serie procedimental de la franquicia televisiva CSI que a un tebeo de superhéroes. No hay que olvidar que la relación de Ellis con el género está bastante próxima al amor/odio. En el aspecto gráfico puede comprobarse que Bianchi ha rediseñado los uniformes creados por Cassaday, con un resultado que no termina de resultar convincente por lo recargado y hasta abigarrado de los trajes. En el plano negativo hay que destacar que, por motivos no demasiado claros -¿consecuencias del coloreado? ¿Mala impresión del original? ¿Mala impresión de la edición española?- los dibujos resultan tan oscuros que se pierde una parte de los detalles y, en ocasiones, la lectura resulta hasta incómoda.
En resumidas cuentas, tenemos una serie de la que disfrutarán quienes gusten del concepto de la misma –historias autoconclusivas autónomas respecto a la franquicia en su conjunto- pero no esperen encontrarse con una repetición de las ideas, conceptos y formas de Whedon y Cassaday.