Título: El Imperio de Trigan Formato: Serie recopilatoria en tapa dura a todo color Autores: (G) Mike Butterworth (L) (T) (C) (P) Don Lawrence Editorial: IPC Media / Planeta DeAgostini Cómics Precio: 15,95 € Comentario: La cantidad y variedad de tebeos que pueden encontrarse actualmente en el mercado español empieza a alcanzar cotas un tanto inusitadas. Cuando las licencias estadounidenses parecen completamente copadas y los principales productos japoneses y europeos cuentan con versiones para las librerías celtibéricas, algunas editoriales han vuelto sus ojos hacia obras más raras (en el sentido de menos conocidas) pero que hicieron su aparición en otro tiempo, cosechando un mayor o menor éxito de crítica y público, y abriendo la puerta al conocimiento por parte de nuevas generaciones y a la recuperación por parte de las ya existentes. Buenos ejemplos de todo esto los tenemos en la recuperación que Glénat ha hecho de Esther y su mundo o Jan Europa o, en el caso que nos ocupa, el rescate que Planeta DeAgostini ha hecho de una serie británica mítica: El Imperio de Trigan. Aquellas personas que, como un servidor, crecieron leyendo Mortadelo y demás cabeceras de la extinta Bruguera, recordarán aunque sea vagamente las imágenes de un mundo parecido al terrestre (sin serlo) y una civilización que combinaba una estética clásica (en el sentido de la antigüedad grecorromana) con una tecnología ciertamente avanzada para la época. Una mezcla singular en la que había espacio para la aventura, la intriga política, el suspense y la épica. Aquellas historias no eran otra cosa que la adaptación española de la serie inglesa The rise and fall of the Trigan Empire, que se iniciaba cuando un científico terrestre lograba descifrar el legado encontrado en una nave siniestrada, en el cual se narraba la historia del Imperio Trigano, un Estado ubicado en el planeta Elekton y fundado por el protagonista principal de la serie, el emperador Trigo. La serie se presenta al principio como un conjunto de historias cortas en las que asistimos a las amenazas a las que los triganos han de hacer frente para mantener su imperio en pie. Generalmente, es el propio Trigo el que se arremanga para hacer frente a la situación, aunque también hay espacio para otros personajes como Janno, el sobrino del emperador o el científico Peric. Los obstáculos a los que han de hacer frente van desde una organización terrorista a una tecnología narcotizante, pasando por un peligroso criminal fugado o un problema sucesorio en un país vecino. A lo largo de las páginas del primer tomo, podemos comprobar que Roma no es, pese a todo, la única influencia en la que los autores se basan para dar vida en viñeta al fascinante mundo de Elekton. A nivel militar, los atuendos “centurionescos” de la guardia trigana coexisten con modernos barcos, aviones y tanques. Por otro lado, en ciertos pasajes encontramos imágenes que arrojan reminiscencias de los vistosos uniformes y trajes que pueblan Flash Gordon o El prisionero de Zenda. Llegados a este punto, no queda sino rendirse ante la evidencia de la grandeza del trabajo del ilustrador Don Lawrence, pues sus dibujos siguen teniendo la misma fuerza y ejerciendo el mismo embrujo que en su primera publicación. Personalmente, ha sido para mí muy grato poder revisitar en ese primer número las viejas aventuras que leyera hace ya tanto tiempo en la revista Mortadelo, y comprobar que la huella que habían dejado era más profunda e indeleble de lo que había pensado en un primer momento. Por lo que respecta al guión, hay que indicar que Mike Butterworth realizó un trabajo más que encomiable, como lo atestigua el hecho de que la serie se mantuviera desde 1965 hasta 1982, siendo un ejemplo notable del nivel alcanzado por la ciencia ficción inglesa en esos tiempos. Desgraciadamente, hay que advertir que algunas de las historias pecan de cierta inocencia, al tiempo que se aprovecha poco el efecto que otras pueden tener sobre los personajes. Ello no quita para indicar igualmente que algunos de los relatos plantean cuestiones que, a día de hoy, aún están vigentes. Para concluir, tenemos una oportunidad más que buena para echar un ojo a un clásico sobresaliente del tebeo británico y disfrutar de los diseños y dibujos de Don Lawrence. Lee la reseña en Zona Negativa
Enviado por lcapote a las 15:12 | 0 Comentarios | Enlace
|