Se dice por ahí que el principal mérito del diablo es hacer creer al mundo que no existe. El principal mérito de según qué corrientes político-económicas es hacernos creer que servicios de primera necesidad como la educación o la sanidad siempre han sido privilegios y que nos tocará pagar por ellos. Creencia fomentada por quienes aspiran a hacer negocio de los mismos, por supuesto.
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