Todos los días recibo en el buzón de correo electrónico una lista de noticias, artículos y cosas varias de las que no suelen encontrarse en, por ejemplo, la televisión y la prensa local. Lo último ha sido una noticia sobre las perspectivas de crecimiento de Islandia, salpimentada con una breve reseña a la postura del pueblo islandés en relación con la crisis, que ha sido negarse a rescatar a los bancos y poner a los presuntos responsables del desastre financiero en el banquillo de los acusados. Con su actitud, los islandeses han hecho bastante más por cambiar su modelo de Estado que los indignados de otras partes. Sin embargo, la emisión de ceniza del volcán (esperen que miro) Eyjafjallajökull (ya podía haber sido el Skartaris, leñe) recibió más bombo mediático que la revolución islandesa. Por el contrario, se ha dado más bombo al “bluff” de las revueltas en los países árabes, las cuales han terminado por meter en el poder a los movimientos islamistas, trocando la cacareada primavera en la antesala de un oscuro invierno. Que pretendan vender la subida al poder de unos movimientos nulamente democráticos causa tanto sonrojo como cuando se cambió el discurso de Túnez como la “Suiza del Magreb” y Egipto como “el amigo de occidente” por el de “intolerables dictaduras”. A ver si un día se aprende en este mundo que dos errores no hacen un acierto, pero a lo que voy es al hecho de que un país más próximo a nosotros sobre el que se abatió la crisis (como sobre nosotros) reaccionó de una manera que está en las antípodas de lo que se está viendo por aquí, donde el movimiento 15-M ya parece, cada vez más, el sueño de una noche de primavera. África puede ser nuestra vecina, pero no sería mala idea informarse más y mejor acerca de esa Islandia de la que poca cosa sabemos, más allá de ser la Thule de los griegos (y del Capitán Trueno), la puerta al centro de la Tierra de Julio Verne o la tierra que acogió las leyendas de los dioses vikingos cuando el cristianismo se abría paso en la Europa continental. Como diría el clásico, mejor poco pico y mucha pala, pero en este caso sospecho que el “silencio” sobre la cuestión islandesa tiene poco de inocente.
Enviado por lcapote a las 02:12 | 2 Comentarios | Enlace
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