Hace unos días nos dejó Pablo González Vera, Catedrático de Matemática Aplicada de la Universidad de La Laguna y profesor de la casa desde el año 1979. Su labor investigadora y gestora aparece reseñada aquí, y yo tuve ocasión de conocerle durante los años en los que desempeñó el cargo (y la carga) de Vicerrector de Planificación e Infraestructuras. Su gestión en este campo coincidió con los primeros embates de una crisis que se fue recrudeciendo y que supuso que el presupuesto de que disponía fuera decreciendo, justo en el momento en el que la adaptación al Espacio Europeo de Educación Superior (eso de “Bolonia”) exigía cambios a todos los niveles de las instituciones superiores, incluyendo la adaptación de unos espacios pensados para otro modelo de docencia, para otro estilo de universidad. Mi recuerdo es el de una persona amable, gentil y campechana, que explicaba tranquilamente los efectos de los sucesivos recortes en los proyectos de ampliación de los campus o en la finalización de determinados edificios (como el que ha de albergar a la Facultad de Bellas Artes). De él escuché por primera vez la expresión “deslizamiento presupuestario”, que era el término con el que el Gobierno autonómico se refería a la posposición de obras como el aulario compartido entre Derecho, Economías y Empresariales. Durante más de la mitad de su vida en la Universidad de La Laguna asumió la instructiva pero no siempre grata tarea de la gestión: Director y Secretario de su Departamento, Decano de la Facultad de Matemáticas, el ya citado Vicerrectorado… se fue antes de tiempo y su partida trae el recuerdo de otros compañeros que se fueron antes y cuya ausencia aún sigue presente, más en estos tiempos en los que la Universidad española afronta su hora más oscura. No cabe preguntarse el porqué, porque después de todo la naturaleza, la vida, el universo mismo del que hablaba Carl Sagan (sí, otra vez echo mano de Cosmos) no son ni nuestros amigos ni nuestros enemigos: simplemente son. El único presupuesto para morir es vivir, y solo queda honrar la memoria del profesor que se fue, defendiendo la casa a la que dedicó su tiempo y haciendo lo posible por mejorarla.
Enviado por lcapote a las 03:18 | 0 Comentarios | Enlace
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